PARLAMENTO Y RATHAUS, Presentación
Hola, soy Juanma, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo: el Parlamento de Viena.
Uno de los edificios más fascinantes de Viena es su Parlamento, que data del año 1874, obra del arquitecto Theophil Hansen.
Está situado a lo largo del Karl Renner Ring, justo enfrente del Volksgarten, en el tramo de avenida que ofrece la imagen más significativa del estilo ecléctico-celebrativo que se extendió por gran parte de Europa a finales del siglo XIX, pero que, sin duda, tiene en Viena su capital indiscutible.
La espléndida fachada neoclásica del Parlamento y sus imponentes columnas recuerdan inmediatamente a un templo griego. El mismo estilo se refleja en las innumerables estatuas y en el relieve de mármol del frontón, situado sobre la entrada principal. En el centro se encuentra el emperador Francisco José I, representado como un emperador romano, con una corona de laurel en la cabeza y una toga blanca.
A ambos lados del edificio destaca una majestuosa rampa, adornada con impresionantes grupos escultóricos de figuras mitológicas y caballos, mientras que, en el centro, frente a la fachada, se alza la magnífica fuente de Palas Atenea, con la diosa griega de la sabiduría sosteniendo una lanza en una mano y una estatuilla de la diosa de la victoria, Nike, en la otra.
Junto al Parlamento, anticipado por una gran plaza, se alza el Rathaus, el ayuntamiento, construido en 1872. Aunque se construyó al mismo tiempo que el Parlamento, tiene un estilo completamente diferente. De hecho, su arquitecto, Friedrich von Schmidt prefería el estilo neogótico, con pináculos y agujas. ¡La aguja más alta mide unos 100 metros de altura!
Si quieres saber más acerca de estos dos edificios, puedes hacerlo a través de interesantes visitas guiadas.
Si, por el contrario, lo que quieres es divertirte, en la plaza frente al ayuntamiento se instala de noviembre a marzo, desde 1995, una espectacular pista de patinaje sobre hielo, conocida como «sueño de hielo vienés».
Me despido con una curiosidad: los vieneses se referían a la representación de Francisco José vestido de emperador romano como «el emperador en camisón». Tal vez por ese motivo el gobernante nunca asistió a las sesiones de gobierno que se celebraban aquí.