LANTAU Y DISNEYLAND, Aldea Ngong Ping Presentación
Idioma: español
Una de las principales atracciones de Lantau es la enorme estatua de Tian Tan Buddha, en el monasterio de Po Lin.
La mejor manera de llegar al monasterio es a través de un espectacular teleférico desde Tung Chung. Tarda solo 25 minutos y se convertirá, sin duda, en una de las mejores experiencias de tu estancia. Este trayecto de casi seis kilómetros te llevará, a través de impresionantes vistas, hasta la aldea de Ngong Ping.
El teleférico se llama Ngong Ping 360 por la vista de 360° que se puede disfrutar desde sus cabinas, algunas casi totalmente transparentes, no aptas para quienes sufren de vértigo.
En esta aldea te espera un parque temático, diseñado para entretener a los numerosos turistas a través de experiencias virtuales, proyecciones multisensoriales, espectáculos de dobles de cine que revelarán los secretos de las increíbles escenas de artes marciales de las películas, y mucho más.
Si no conoces el budismo, encontrarás más información sobre esta interesante religión.
A poca distancia se encuentra el monasterio de Po Lin. Se fundó hace aproximadamente un siglo, pero la mayoría de sus edificios se construyeron a partir de la década de 1970.
Las dos salas más importantes son el santuario principal y la de los Diez Mil Budas.
268 escalones más arriba, justo encima del templo, enseguida verás la enorme estatua del gran Buda de Tian Tan, que significa «altar de los cielos».
La estatua representa a Buda sentado en un trono de loto, con la mano derecha levantada en posición de bendición. Tiene 34 metros de altura, incluyendo la base, y se erigió entre 1981 y 1993. La parte del cuerpo está hecha de 160 piezas de bronce, mientras que la cabeza estaba forjada con bronce y oro para que brille más a la luz del sol.
Buda está representado sentado, en la posición del Loto, sobre una base de tres pisos que representa la misma estructura que se encuentra en una importante sala del templo Tian Tan, que significa «templo del cielo», en Pekín.
Curiosidad: si, entre lo sagrado y lo profano, se te ha despertado el apetito, el restaurante vegetariano del monasterio te sorprenderá con su excelente cocina.
