MUSEO MARÍTIMO DE HONG KONG, Presentación
Hola, soy Dani, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo: El Museo Marítimo De Hong Kong, o HKMM.
La primera sede del museo inaugurado en 2005 se encontraba en el distrito de Stanley, pero los 800 metros cuadrados del edificio eran insuficientes para albergar los más de 1.200 objetos disponibles. En 2013 se inauguró la nueva sede, el impresionante edificio llamado Pier 8, es decir, el muelle nº 8, en el Central Harbour Waterfront que se asoma al puerto Victoria.
Este extraordinario museo reúne más de 3.000 años de historia del comercio y el transporte marítimo de Hong Kong, del mar del Sur de China y del delta del río de las Perlas.
Desde su creación, el desarrollo de Hong Kong ha estado estrechamente vinculado al mar y a las actividades marítimas. A través de la visita al museo descubrirás que muchos barcos chinos salían de este puerto para comerciar seda, porcelana y mercancías de valor desde el siglo VIII, entenderás cómo el colonialismo inglés ha influido considerablemente en la navegación desde el siglo XIX y el daño que causó la piratería a principios del siglo XX.
A través de 13 galerías temáticas permanentes y varias salas de exposiciones temporales, se puede hacer un verdadero viaje en el tiempo.
Entra y contempla los 4.400 metros cuadrados de exposición divididos en tres niveles organizados en galerías que no solo cuentan con maquetas, utensilios, herramientas y fotografías, sino también con sistemas multimedia interactivos que hacen que tu visita sea aún más interesante.
El museo también cuenta con dos grandes lugares desde los que se puede disfrutar de una maravillosa vista del puerto Victoria: la gran sala Harbour Viewing Gallery, en el Deck B, a menudo utilizada para reuniones y eventos, y el bar de la última planta, el Cafè 8, que cuenta con una encantadora terraza.
Recuerda que tu visita comienza en el Deck C.
Curiosidad: si observas el puerto de la ciudad, pensarás que el peor momento de su historia fue la Segunda Guerra Mundial, con los consiguientes bombardeos. En realidad, los peores daños los causaron, en el siglo pasado, tifones como el de 1906 y el de 1937, de los que se pueden encontrar sorprendentes testimonios en el museo.