GRAN VÍA, Último Tramo
Has llegado a la tercera parte de la Gran Vía, que conecta la plaza del Callao con la plaza de España. Este tramo de calle se completó en 1929, después de cuatro años de trabajos.
El nombre de plaza peatonal del Callao recuerda al puerto peruano donde se libró violenta batalla naval durante la guerra hispano-americana. Hoy en día es el corazón comercial de la ciudad: entre los edificios comerciales merece tu atención sobre todo la fachada en estilo art déco de los históricos "Cines Callao".
Antes de desembocar en la bajada hacia la plaza de España, puedes ver en el número 46 la original silueta del Palacio de la Prensa, que fue construido en estilo norteamericano por encargo de la Asociación de Periodistas. Todavía hoy, en las plantas superiores, sobre las cuatro salas del cine, se ubican sedes de partidos políticos, redacciones de periódicos y editoriales.
Al inicio de la bajada, lo primero que encuentras es la fachada completamente curva del Edificio Carrión, llamado "Edificio Capitol", por el nombre del cine que ocupa la planta baja. Como ves, su forma aerodinámica recuerda a la proa de una nave. Más adelante, un poco antes de la estación de metro de "Santo Domingo", te encontrarás con un par de teatros que están uno enfrente del otro: el Rialto y el Lope de Vega. Este último, junto con el hotel que lo precede, se remonta a finales de los años cuarenta.
Antes de llegar a la plaza de España, en el número 78 encontrarás otro edificio relacionado con el teatro, en este caso el Edificio Coliseum: fue construido por encargo del compositor Jacinto Guerrero, que vivía allí. Otra famosa inquilina fue Concha Piquer, famosísima intérprete de canciones tradicionales españolas.
Y ahora, si quieres descansar de la caminata, te sugiero que entres en el hotel que está al lado del Coliseum y te tomes un refresco en el salón bar de la planta catorce, donde se disfruta de una espléndida vista de la plaza de España.
CURIOSIDAD: mira a la parte superior del edificio del número 60: esa estatua de bronce, desnuda y misteriosa, se llama "El romano", y ¡parece que quiera tirar sobre alguien el templete que sostiene entre sus brazos levantados!