CHINATOWN, Chinatown
Hola, soy Patricia, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo: Chinatown.
Chinatown, el barrio chino más poblado del mundo después del de San Francisco, es una verdadera ciudad dentro de la ciudad.
Tras haber cruzado sus límites, que siguen expandiéndose más allá del área inicial comprendida entre Canal, Bowery, Worth y Baxter Street, entre marañas de cables eléctricos que cuelgan de las paredes de humildes casitas destartaladas, te toparás con miles de rótulos con caracteres orientales que compiten entre ellos por conseguir aunque sea un centímetro cuadrado más. Enseguida te verás envuelto en un popurrí de olores exóticos, fruto de la combinación de especias, mariscos, patos a la pekinesa, pastelitos de cerdo, frutos exóticos y verduras fermentadas...
¡Chinatown es todo esto y mucho más!
La mejor forma de visitar este increíble hormiguero urbano es dejándose arrastrar por la multitud, intentando desviarse de vez en cuando de la corriente principal para descubrir algún que otro sorprendente local gastronómico. De hecho, la auténtica cocina oriental, aparte de la de los conocidos restaurantes, se esconde en los mercados, en las tascas o en los puestos callejeros, con unas condiciones higiénicas que no siempre son las mejores: ¡probar para creer!
Si te gusta la ropa de marca, pero de imitación, has venido al lugar perfecto: en Canal Street, y en las calles limítrofes, podrás encontrar la copia casi idéntica de cualquier marca que exista sobre la faz de la tierra. El precio final dependerá de tu habilidad para regatear.
En cambio, si buscas un momento de paz entre tanto caos, dirígete al Mahayana Buddhist Temple: el Buda dorado que hay en su interior, representado en la posición del loto y con más de cinco metros de alto, impone un silencio increíble a su alrededor.
Me despido con una curiosidad: el primer inmigrante chino que se mudó a esta zona, en siglo XVIII, fue un tal Ah Ken, que abrió un estanco. Más tarde, hacia finales del siglo XIX, debido a las numerosas plazas vacantes en la compañía ferroviaria Central Pacific Railroad, se produjo el primer importante flujo migratorio, a pesar de las pésimas condiciones de trabajo. Sin embargo, la comunidad china no gozaba casi nunca de buena reputación; tanto es así que durante casi sesenta años se mantuvo en vigor la Chinese Exclusion Act, una ley racial promulgada en 1882 que impedía la concesión de la nacionalidad estadounidense.