FLATIRON BUILDING, Flatiron Building
Hola, soy Juanma, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo: el Flatiron Building.
El Flatiron Building es uno de los rascacielos más emblemáticos de Nueva York.
Su verdadero nombre es Fuller Building, aunque popularmente se le conoce por el famoso apodo flatiron, que significa «plancha».
De hecho, su forma triangular, a causa de la parcela en la que se erige, recuerda precisamente a este electrodoméstico, aunque los más románticos, teniendo en cuenta su vértice más estrecho, de solo 25 grados y dos metros de ancho, sostienen que se parece a la proa de un barco a punto de arribar al Madison Square Park, que se encuentra enfrente.
De ti depende decidir, mientras lo observas desde la estratégica isla central del Flatiron Plaza, si su aspecto te transmite sensaciones náuticas o domésticas.
De lo que no hay ninguna duda es de su estilo Beaux Arts, así como de su venerable edad; su artífice fue Daniel Burnham y se trata de uno de los rascacielos más antiguos de la ciudad, ya que se inauguró en 1902. Desde la fase de construcción, miles de fotos, por no decir millones, inmortalizaron su original silueta, reproducida en otras tantas postales, que justo a principios del siglo pasado empezaron a producirse en serie.
Mientras haces tu propia foto, lleva especial cuidado con Eolo, el dios del viento, ¡sobre todo si llevas falda! Parece ser que la forma aerodinámica del edificio crea una especie de túnel de viento, como recuerda la expresión 23-skidoo. No se trata de una palabrota, aunque en el ámbito deportivo se utilice como tal, sino de una típica expresión a modo de reprimenda que los policías de la época proferían a los mirones que, parados a lo largo de la acera de la calle 23, la misma que delimita la isla peatonal sobre la que te encuentras, esperaban un cómplice golpe de viento para ver las piernas de las señoritas que paseaban por allí; en slang, 23-skidoo significa 23-¡vete ahora mismo de aquí!
Me despido con una curiosidad: el edificio de la «plancha» ha sido objeto de diversas burlas. Los sarcásticos neoyorquinos llegaron a apostar a qué distancia caerían los escombros una vez que la estructura completa se hubiera derrumbado por culpa del viento. Por suerte, con el pasar de los años, lo único que se ha derrumbado han sido los prejuicios sobre esta obra arquitectónica.