BEAUBOURG, Museo
Ya que estás aquí, después de haber recorrido a lo largo y a lo ancho este gigantesco edificio, no puedes dejar de visitar el Musée National d'Art Moderne, que alberga la mayor colección europea de su tipo, con obras que abarcan todo el siglo XX. Tu visita comienza en la cuarta planta, y debes tener en cuenta que aunque la exposición se llame "permanente", en realidad las obras cambian a menudo, de manera rotatoria, dado que el museo tiene disponibles 30.000 obras de pintura y escultura.
En las primeras salas puedes admirar obras de la segunda mitad del siglo XX, que van desde el arte pobre a artistas franceses como Yves Klein y Jean Dubuffet.
En la quinta planta recorres cerca de medio siglo, desde las vanguardias históricas, como el fauvismo y el cubismo, a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Verás la impresionante colección de obras de Henri Matisse y las pinturas de Kandinski, que te explicaré en el siguiente archivo. No te puedes perder la sección dedicada al artista suizo Alberto Giacometti.
Además del museo y de las continuas e importantes exposiciones temporales, en el centro también puedes encontrar salas para eventos y espectáculos, un cine y una biblioteca pública. Y aún hay más: el Centro de Creaciones Industriales, dedicado a la arquitectura y el urbanismo, el Instituto de Investigación y Coordinación Acústica y Musical, que se ocupa de la música contemporánea, y la Galerie des Enfants, o Galería de los Niños, con exposiciones y talleres de arte para los más pequeños, de entrada gratuita hasta los dos años.
Antes de volver a la plaza, recuerda que la entrada del Museo de Arte Moderno también te permite subir a la terraza panorámica. De hecho, aunque sólo tenga una altura de seis plantas, el Beaubourg está rodeado de edificios más bajos, lo que permite disfrutar de unas amplias vistas. Así que si subes las escaleras mecánicas exteriores ¡podrás disfrutar de París desde las alturas!
Un último consejo: junto al Beaubourg puedes visitar el taller de uno de los escultores más importantes del siglo XX: el rumano Constantin Brancusi, quien a su muerte en el 57 legó su estudio al gobierno francés. La colección incluye esculturas, yesos, bocetos, muebles y otros objetos: te la recomiendo encarecidamente.
CURIOSIDAD: después de la demolición de los Mercados Generales, a unos pasos del Beaubourg, quedó un enorme agujero. El director Marco Ferreri lo aprovechó para rodar la película No tocar a la mujer blanca, en la que reconstruye la batalla de Little Big Horn, general Custer incluido: ¡en resumen, un western parisino!