MUSÉE ORSAY, Manet Dejeuner Sur L'herbe
El cuadro que tienes delante, titulado "El almuerzo sobre la hierba", de Edouard Manet, es un importante hito en la historia del arte, por suponer la partida de nacimiento de la nueva pintura impresionista.
Desde que se expuso por primera vez en 1863, esta obra suscitó inmediatamente el escándalo y la indignación.
La pintura estaba expuesta en el "Salon des Refusés", es decir, el "Salón de los Rechazados", creado por el emperador Napoleón III para dar cabida a todas las obras excluidas del "Salón" de las obras seleccionadas por la Academia de Bellas Artes. El personaje más "escandaloso" es Victorine Meurent, la modelo favorita de Manet, a la que ves sentada en la hierba completamente desnuda en primer plano. En absoluto preocupada, mira intensamente justo en tu dirección, casi como si quisiera involucrarte en la situación. Los dos hombres junto a ella son Eugène, hermano de Manet, y su futuro cuñado. En segundo plano, una joven en camisón se baña en un estanque. A la izquierda ves la ropa de Victorine sobre la hierba, y una botella y una cesta, que componen una hermosa naturaleza muerta. Los árboles enmarcan la escena y le dan una profundidad teatral.
El París biempensante estimaba que el cuadro retrataba a dos jovenzuelos y a dos señoritas ligeras de cascos... ¡y además sin vestidos! En realidad, Manet, lejos de querer escandalizar, pretendía evocar el tema renacentista ya tratado en particular por el gran Tiziano, con su pintura de desnudos llamada "concierto campestre".
Otro motivo de irritación tiene que ver con la técnica utilizada por Manet. Sus detractores lo acusaron de tratar de manera diferente a los personajes y el trasfondo, tanto es así que los primeros parecen siluetas recortadas y pegadas sobre un segundo plano pintado de modo sintético, con violentos contrastes de luces y sombras. La libertad compositiva del artista no se entendió, y Manet fue criticado por su "manía de ver a través de manchas".
CURIOSIDAD: Manet afrontó con espíritu sereno y casi con humor la indignación de los críticos y el público ante su pintura, de modo que incluso propuso rebautizarlo como "El intercambio de parejas".