VERSAILLES, Presentación
Hola, soy Laura, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo.
Hoy te acompañaré en la visita al fantástico palacio real de Versalles.
¡La de Versalles es seguramente la residencia real más famosa del mundo!
Para visitar el palacio, el parque y los edificios circundantes necesitarás toda una emocionante jornada. Planifica bien la visita: existe la posibilidad de realizar diferentes itinerarios, con o sin guía, por el castillo y los jardines. Consigue un plano, ¡para no correr el riesgo de perderte en este inmenso castillo!
Inmerso en un parque incomparable, vas a ver el palacio de los palacios, el símbolo de la política cultural del absolutismo del Rey Sol, una espectacular residencia envidiada y admirada por los monarcas del mundo entero.
Durante el largo reinado de Luis XIV, que subió al trono con sólo cinco años de edad y murió a los 77, en 1715, el papel político y el poder de Francia crecieron enormemente. El objetivo declarado del Rey Sol era el dominio sobre toda Europa; por eso durante su reinado aumentaron las hostilidades y las guerras contra los Estados vecinos. Irónicamente, a pesar de las extenuantes campañas militares, Luis XIV no logrará aumentar sustancialmente la extensión territorial de propios dominios; como compensación, en las artes, Francia se confirmará como el nuevo punto de referencia del gusto y el estilo, ocupando el lugar que durante siglos había pertenecido a Italia.
Recelosos de la capital y sus ciudadanos, temidos y considerados turbulentos, el soberano decidió abandonar su residencia anterior, el Louvre, y trasladarse con la corte a Versalles, que en ese momento era sólo un pabellón de caza cerca de París. Nace así un palacio real fastuoso, que se convertirá en escenario del espectáculo diario del poder y en símbolo de la grandeza de Francia.
Se llama al arquitecto Louis Le Vau para que diseñe los nuevos e inmensos espacios del edificio que se construirá alrededor del viejo castillo. El ladrillo, presente en el edificio original, se sustituye por piedra blanca, mucho más señorial, y que como a menudo habrás tenido ocasión de constatar, se convertirá en el modelo del estilo clásico francés.
CURIOSIDAD: en el interior de Versalles hacía un frío polar, tanto que a menudo el agua se congelaba. Además, si salías del castillo, te convenía hacerte con un paraguas... de hecho, ¡los orinales se vaciaban por las ventanas!