ACRÓPOLIS, Partenón Segunda Parte

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A pesar de su enorme tamaño, parece que el Partenón esté perfectamente proporcionado, ya que transmite una sensación de serena y majestuosa fuerza y equilibrio. Para conseguir este efecto, Ictino usó algunos recursos sorprendentes: la base es ligeramente más alta en el centro que en los extremos, para evitar así la sensación de que se pliega bajo el peso del templo. Además, las columnas están ligeramente inclinadas hacia el interior; de esta forma, desde lejos no parece que sobresalgan hacia el exterior. Y eso no es todo: también presentan un ligero abultamiento para no parecer demasiado estrechas. Se trata de correcciones ópticas apenas perceptibles, pero necesarias para que el monumento resulte armónico a la vista. Como ves, se cuidó hasta el mínimo detalle para que el templo pareciera perfecto.

Sin embargo, el mayor tesoro del Partenón eran sus esculturas, obra de Fidias, uno de los escultores más famosos de todos los tiempos y amigo personal de Pericles. En los dos frontones se encontraban dos variopintos grupos de estatuas espectaculares, que glorificaban el nacimiento de Atenea y su victoria sobre Poseidón. Dentro del tempo se encontraba la colosal estatua de la diosa, inmersa en la misteriosa penumbra y cubierta de oro. Pero eso no es todo: en la estructura arquitectónica horizontal que sostenía el techo, había 92 placas esculpidas con escenas de mitos y episodios de guerra....

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