ÁGORA, Historia
Hola, soy Pepa, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo: el Ágora, la antigua plaza de Atenas, cuna de la democracia griega durante el periodo clásico.
Habrás oído que el Ágora es el lugar en el que nació la democracia y donde los filósofos paseaban mientras discutían sus ideas. La primera impresión nada más entrar en el área arqueológica puede ser decepcionante: estás en una especie de gran jardín que carece de edificios reconocibles. Pero caminando entre las ruinas y echándole un poco de imaginación, podrás darte cuenta de lo compleja que era su función y del gran número de actividades que se desarrollaban aquí.
El término griego agorá tiene múltiples significados, todos conectados a un espacio donde tienen lugar acciones comunes: ágora significa reunir, juntar y, por lo tanto, plaza; era donde se ponía el mercado, donde los ciudadanos se reunían en asamblea para escuchar a los oradores y deliberar sobre asuntos públicos y dónde tenían lugar los juicios. En resumen, era el corazón de la vida cotidiana de la ciudad.
El enorme edificio con columnas que ves a tu izquierda al entrar es una stoá, es decir, un pórtico, pero se trata de una cuestionable reconstrucción moderna que alberga el Museo del Ágora, del que te hablaré en el último archivo.
Ahora, pon el audio en pausa y gira a la derecha hasta detenerte frente a cuatro pedestales coronados por restos de estatuas.
Lo que ves es lo que queda del Odeón, es decir, el teatro cubierto, construido cuando el Imperio Romano conquistó Grecia.
Antes del dominio romano, aquí había un espacio público vacío, destinado a reuniones y a la vida social. El teatro fue un encargo de Agripa, el general romano que era el brazo derecho del emperador Augusto; como ves, a veces la cultura también puede convertirse en un pretexto para eliminar un espacio público.
Curiosidad: ¿alguna vez te has preguntado cómo es posible que algunas áreas de las ciudades antiguas se hayan mantenido visibles hasta hoy? En realidad, normalmente no es así; la ciudad destruye y sepulta su historia conforme crece.
Hasta 1930, el área que ahora ocupan las excavaciones del ágora era una parte de Atenas que no se distinguía en nada del resto de la ciudad. Para sacarla a la luz hubo que comprar y demoler alrededor de 400 casas.