SITIO ARQUEOLÓGICO DE LA ANTIGUA THERA, Presentación - Ai Voice

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El yacimiento arqueológico se extiende a lo largo de la cresta de Mesa Vouno, sobre las localidades modernas de Kamari y Perissa. La visita comienza recorriendo la calle principal, de unos 800 metros de longitud, que conectaba plazas, viviendas, edificios públicos y santuarios.
A lo largo del recorrido pueden verse los restos de antiguos lugares de reunión política y comercial, así como el teatro helenístico, excavado en la ladera y con una vista impresionante sobre el mar Egeo. Entre los lugares sagrados destacan el santuario de Apolo Karneios, el templo dedicado a Dioniso y el evocador santuario de Artemidoro, tallado directamente en la roca y adornado con símbolos de las divinidades.
El período helenístico-egipcio está representado por el santuario de los Dioses Egipcios, testimonio de las relaciones con Alejandría de Egipto. Las huellas romanas, en cambio, son visibles en los baños públicos y en las casas con patios pavimentados.
De la época paleocristiana se conserva la iglesia de Agios Stefanos, construida sobre una basílica preexistente del siglo VI.
El acceso al yacimiento arqueológico se encuentra en una carretera panorámica que asciende desde Kamari; desde la entrada, pasarelas y senderos acompañan a los visitantes a lo largo de la cresta.
El itinerario recomendado comienza en la calle principal, donde se encuentran los restos de viviendas privadas y talleres. Siguiendo el recorrido se llega a la zona pública, con el ágora y el teatro, uno de los puntos más espectaculares.
Desde la llamada “Terraza de las Fiestas” se disfruta de una vista magnífica: aquí, en época dórica, se celebraba el festival de las Karnia, una de las fiestas más importantes dedicadas a Apolo Karneios. Durante nueve días de celebraciones, la comunidad se reunía para sacrificios, banquetes, competiciones y una carrera ritual en la que un joven era perseguido por otros cinco: si lograban atraparlo, se consideraba un buen presagio para la ciudad. Esta festividad reforzaba la identidad dórica de Thera y, al igual que en Esparta, durante las Karnia las guerras se suspendían en señal de respeto hacia el dios.
Por último, el recorrido lleva al santuario de Artemidoro, un espacio excavado en la roca que conserva grabados de leones, águilas y símbolos sagrados.
La visita completa dura alrededor de una hora y media, aunque conviene tomarse tiempo para detenerse y admirar el paisaje. Desde aquí arriba, la vista abarca el Egeo y buena parte de la isla: un panorama que explica mejor que cualquier palabra por qué los antiguos eligieron precisamente esta cima para fundar su ciudad.

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