SANTA MARIA MAGGIORE, Exterior

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Durante la Alta Edad Media, las tierras bergamascas tuvieron que hacer frente a terribles sequías, seguidas de hambrunas y peste. En aquella época, para combatir las plagas, se le pedía ayuda a la Virgen. Entonces, la población de Bérgamo suplicó a María para que intercediera, y prometieron construir una iglesia como símbolo de gratitud. Así fue que, en 1137, ante la presencia de todos los ciudadanos y del obispo, se colocó la primera piedra de la basílica de Santa María Maggiore, en el corazón de Ciudad Alta, a medio camino entre dos plazas. La basílica, carente de fachada, tiene dos entradas monumentales a los lados, una en cada plaza.

En una de las entradas, se encuentra el recargado portal «de los leones rojos». Es de estilo gótico y data de mediados del siglo XIV, con espléndidos mármoles blancos y rojos que destacan sobre la humilde arenisca de las paredes.

En la Edad Media, se creía que poniendo un león en la entrada de la iglesia se impedía el acceso a los malvados: aquí puedes ver dos, a los lados del portal, sosteniendo las columnas.

Si levantas la mirada, verás a un orgulloso caballero, flanqueado por dos santos: se trata de San Alejandro, el patrón de la ciudad. Más arriba, como si tratara de proteger al santo y a quienes entren en la iglesia, se asoma la Virgen María con el niño Jesús, en medio de dos santas....

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