TREMEZZO, Villa Carlotta Interior

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español Idioma: español


Cuando Gian Battista Sommariva, gran coleccionista de arte, compró Villa Carlotta a principios del siglo XIX, llenó de riqueza su interior, especialmente con pinturas y esculturas de grandes artistas de la época.

Habilitó algunas salas específicamente para resaltar la belleza de las obras expuestas, como en el caso de la Sala de Palamedes, llamada así por la magnífica escultura de Antonio Canova que representa al joven héroe de la mitología griega, conocido por haberse enfrentado varias veces a Ulises.

Cuando los príncipes de Prusia regalaron la villa a su hija Carlota, Jorge II de Sajonia, su marido, la renovó y mandó introducir nueva decoración, como la de la Sala de las Vistas, que mandó pintar en un tono rojo que recordaba a las villas recuperadas de Pompeya, e introdujo otras obras de arte.

Una de las salas más espectaculares es el Salón de los Mármoles, con un friso dividido en diez bloques, obra de Berther Thorvaldsen, que recorre las cuatro paredes y representa la entrada triunfal de Alejandro Magno en Babilonia. En el centro de la sala hay un grupo escultórico con los dioses Venus y Marte, obra de Luigi Acquisti.

Entre las esculturas más fascinantes, me gustaría destacar dos obras del insuperable maestro Antonio Canova: la Musa Tersicore, en la Sala de Modelos de Yeso, y Magdalena Penitente en la evocadora Sala de la Magdalena. También hay una fabulosa versión del grupo escultórico Cupido y Psique, creado por el alumno favorito de Canova, Adamo Tadolini, a quien el maestro había donado el modelo original en yeso, autorizándole a realizar tantas réplicas como deseara. En la Sala de los Camafeos, en cambio, se pueden contemplar algunas de las estatuas originales de las agujas de la Catedral de Milán, que se conservan aquí para evitar su erosión.

Entre las obras maestras de la pintura, la más conocida es El último beso de Romeo y Julieta, de Francesco Hayez, que data de 1823 y se encuentra en la sala que lleva el nombre del pintor.

En la planta superior de la villa se pueden visitar los apartamentos, amueblados con el exquisito mobiliario del siglo XIX y llenos de grabados, tapices, enseres, vajillas y los preciosos volúmenes de botánica que pertenecieron al duque de Sajonia, conservados en su estudio.

 

Curiosidad: el Duque de Sajonia tuvo tres esposas. La primera, Carlota, que fue su gran amor; la segunda, Feodora, que fue su compañera durante 16 años antes de morir de escarlatina; y, por último, la ex actriz Elena Franz. En la habitación de Carlota encontrarás objetos que pertenecieron a las tres consortes.

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