AMALFI, Catedral Interior
En el interior de la catedral predomina el estilo barroco, como puedes observar en la rica decoración de mármol y estuco, aunque aún pueden verse restos de columnas antiguas, que contribuyen a crear un ambiente evocador y de gran riqueza histórica. Mientras paseas por las naves, mira hacia arriba para contemplar el artesonado que cubre con maestría los espacios.
En las capillas laterales predominan los estilos gótico y renacentista. Una de ellas alberga un grupo escultórico de madera que representa la Aparición de San Miguel Arcángel a San Fedele, coronado por la tumba del santo mártir. El techo, adornado con frisos dorados, narra las Historias de San Andrés, patrón de la ciudad.
En la nave izquierda se encuentra la estatua del Santo, del siglo XVI, junto con las del Cristo Muerto y la Dolorosa. En la evocadora Capilla de la Reconciliación, situada al final de la nave, descansa la reliquia de la cabeza de San Andrés, o más bien una parte de ella, ya que la otra parte fue devuelta a la ciudad de Patras.
El altar mayor barroco de la catedral alberga un gran lienzo que representa la crucifixión de San Andrés Apóstol. A su lado, en otro altar, hay un moderno crucifijo de madera pintado.
Si puedes bajar hasta la cripta, construida sobre la tumba del santo patrón, encontrarás un tesoro artístico que contiene frescos de gran valor. El más grande representa la llegada del cuerpo de San Andrés a la catedral de Amalfi.
El altar acoge obras importantes, como la estatua de bronce de San Andrés, de Michelangelo Naccherino, la estatua de mármol de San Lorenzo, de Pietro Bernini, y la estatua de San Esteban, de un escultor local.
Me despido con una curiosidad: la catedral alberga una estatua de San Andrés, un busto revestido de plata que pesa un total de 380 kilos y que sale en procesión por las calles de la ciudad dos veces al año. La particularidad de esta procesión es lo que ocurre al terminar: ¡la carrera de los portadores de San Andrés! Tras una pausa para reponer fuerzas, los portadores suben corriendo la escalinata, vitoreados por la gente que contempla la escena.