ACADEMIA, David - Segunda Parte

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Después de admirarlo de frente, entra en la Tribuna y observa el David desde varios puntos de vista y desde diferentes distancias. Descubrirás una obra maestra que no deja de ofrecerte detalles y rasgos interesantes e inesperados, y entenderás por qué el David es algo más que una obra perfecta realizada en una época específica de la historia y del arte, que se ha convertido en un icono atemporal, capaz de resistir las reproducciones y las reinterpretaciones más absurdas y vulgares. La grandeza, física y simbólica, del guerrero con la honda, es tal que siempre provoca fuertes reacciones, a veces incluso violentas.

Y piensa que según el proyecto original, este coloso debería estar hoy a más de ochenta metros de altura, ¡casi en la cima de la Catedral! Pero en realidad el David no ocupó nunca la que debería haber sido su ubicación. Al cabo de tres años de intenso trabajo, cuando las autoridades de la ciudad vieron la estatua, comprendieron de inmediato que había que encontrarle una ubicación alternativa. De hecho, ninguna otra escultura habría podido jamás representar los valores de la República con un poder tan convincente. Se nombró de inmediato una comisión de artistas, entre los cuales estaban genios del calibre de Botticelli y Leonardo da Vinci, a los que se les encargó la tarea de decidir dónde se colocaría la obra. Después de largas y acaloradas discusiones, el David se colocó delante del Palacio de la Signoria, sede del gobierno de la ciudad, donde todavía hoy lo puedes admirar, aunque sea una copia. Aquí, la obra de Miguel Ángel se convertiría en emblema de las virtudes republicanas y de la libertad frente a la tiranía....

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