SAN MARCOS, Museo - Claustro

Audio Guide length: 3.06
español Idioma: español
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA


Estás ahora en el interior del convento de los frailes dominicos, un lugar muy importante para la cultura y la política florentinas del siglo XV. Conservado fielmente según la preciosa e inusual estructura proyectada a mediados de siglo por Michelozzo, el convento es hoy la espléndida sede de un museo dedicado casi por completo al arte de Beato Angelico, uno de los máximos pintores italianos del siglo XV. Beato Angelico nació cerca de Florencia y entró en la orden dominica con el nombre de Giovanni da Fiesole. Comenzó como miniaturista, iniciando una exitosa actividad como pintor sacro, capaz de combinar los logros geométricos de la perspectiva con un maravilloso gusto por  el color y la luz.

Beato Angelico residió durante largo tiempo en ⇥ este convento, decorando pasillos, celdas y otros espacios con hermosos frescos, aunque en el museo también podrás ver magníficas pinturas sobre madera llegadas desde distintos lugares. Tu visita se inicia con el Claustro de San Antonino, donde entre varios frescos ubicados bajo los arcos te recomiendo especialmente la escena con Santo Domingo adorando el Crucifijo, en el pórtico del fondo, cerca de la entrada de la iglesia.

A la derecha de la entrada puedes acceder a la larga Sala del Hospicio, que alberga una serie incomparable de pinturas sobre madera, incluidos también algunos majestuosos retablos. Es una sucesión de maravillas: comenzando con la escena de los bienaventurados que bailan una danza circular en el verde jardín del Paraíso Terrenal, continuando con el Juicio Final en el lado izquierdo, hasta llegar a la luminosa tabla del Descendimiento de la cruz.

Hacia el final de la sala encontrarás las encantadoras pequeñas escenas que decoraban las puertas del armario en el que se guardaban los objetos litúrgicos de plata de la cercana iglesia de la Santissima Annunziata. Al fondo puedes admirar el Tabernáculo dei Linaiuoli, hornacina de mármol esculpida por Lorenzo Ghiberti con puertas pintadas por Beato Angelico.

Al salir de la Sala del Hospicio, pero permaneciendo alrededor del claustro, puedes visitar otros espacios muy interesantes. La gran Sala Capitular, donde se reunían los frailes, tiene al fondo una monumental Crucifixión, fresco de Beato Angelico de 1442. Después de las salas de la antigua cocina y del lavabo, accedes al enorme Refectorio, con pinturas del siglo XVI. Y para acabar tienes la magnífica Última Cena, un fresco de alrededor de 1480 obra de Domenico Ghirlandaio, en el Refectorio Pequeño.

 

CURIOSIDAD: cerca de la puerta de la Sala Capitular se encuentra la campana que se tocó por la temprana muerte de Lorenzo el Magnífico, en 1492, ¡y que por eso se apodó la "llorona"!

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