BRERA, Piero Della Francesca - Pala Montefeltro

En un ambiente deliberadamente sobrio, aunque no carente de solemnidad, te encuentras delante de una de las obras maestras de la pinacoteca, obra del sumo artista del siglo XV, Piero della Francesca. Una "pala" es una tabla destinada a ser colgada en un altar, y de hecho, este cuadro estaba colocado originalmente en el altar de una iglesia de Urbino. Se llama "Pala Montefeltro" porque fue realizada por encargo del duque de Urbino, Federico da Montefeltro.

La composición se organiza con una simetría que te deja maravillado, y mientras la admiras, puede serte útil tener presente que Piero della Francesca fue también un distinguido matemático. La Virgen está sentada en el centro, con el Niño adormecido en su regazo. A su alrededor se alinean seis santos, y detrás de María se encuentran dos parejas de bellísimos ángeles, reconocibles por sus alas. A la derecha, de rodillas, está retratado de perfil Federico da Montefeltro, duque de Urbino, encerrado en una armadura de combate de maravillosos reflejos metálicos. El duque está en la actitud tradicional de oración y está retratado de perfil para enmascarar el hecho de que le faltaba un ojo: había sido herido por una lanza durante un torneo.

Los ojos de la Virgen y los de los seis santos de los lados están casi perfectamente alineados; los cuatro ángeles, detrás de María, son a su vez perfectamente simétricos. Se crea de esta manera un equilibrio absoluto: las figuras inmóviles, las miradas fijas y la pureza del edificio nos transportan a una atmósfera mística e intelectual, como si los personajes se comunicasen entre sí con el pensamiento. Desde el centro del edificio, de una especie de gran concha invertida, sale un huevo de avestruz colgado de una cadena: un detalle famoso, que invoca simbólicamente el nacimiento de Jesús y la virginidad de la Virgen, aunque también al animal que figura en el escudo de la familia de los Montefeltro.

CURIOSIDAD: cuando la obra se ha pasado por rayos X ha mostrado un detalle curioso: en la cabeza de la Virgen había una joya. Tal vez alguien en aquel momento lo encontró escandaloso y la joya fue eliminada. Por el contrario, como puedes ver, permanecieron en las cabezas de los ángeles.