CASTILLO SFORZESCO, Vuelta Interior

Audio Guide length: 3.54
español Idioma: español
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA


Te encuentras delante de la Torre del Filarete, llamada así por el nombre del arquitecto toscano que la proyectó. Junto a ella, hay una gran fuente siempre rodeada de turistas, sobre todo en verano. Sobre la torre puedes ver la estatua del santo protector de la ciudad, San Ambrosio, en hábito de obispo.

Con la bendición del santo, pronto entrarás en el castillo, donde verás un gran número de paneles indicadores y una oficina de información. El Sforzesco es uno de los castillos más grandes de Europa: a día de hoy se ha convertido en un gran complejo artístico que alberga museos, bibliotecas y otras instituciones culturales, con espacios expositivos en varios edificios y en cuatro niveles diferentes: ¿estás listo para entrar en una auténtica fortaleza antigua? Ahora haz una pausa y ve a la Plaza de Armas.

 

Dentro del recinto amurallado, descubrirás que el castillo se divide en tres patios. El más grande es la Plaza de Armas, llamada así porque en su momento allí estaban los soldados alojados en el castillo; en un lado puedes ver los restos de palacios renacentistas, mientras que en el lado opuesto observarás un edificio largo y bajo, donde en otros tiempos se recuperaban los enfermos de peste, y que desde 2015 alberga una maravillosa escultura de Miguel Ángel, la Piedad Rondanini. A lo largo de las murallas puedes reconocer el camino de ronda, y en el fondo del foso interior esos montones de bolas de piedra te recordarán que esta era una fortificación hecha para resistir asedios.

¿Ves esa torre cubierta con una hermosa baya porcelana? Es la Torre de Bona de Saboya, llamada así por la segunda duquesa de la dinastía, que a finales del siglo XV enviudó después de que su marido, Galeazzo Maria Sforza, fuese asesinado en una conspiración: pues sí, en la Italia del Renacimiento había más intrigas que en un episodio de "Juego de Tronos"...

Ahora haz una pausa y ve al patio de la Rocchetta.

 

El patio de la Rocchetta, a la izquierda, era la parte más protegida del castillo, y era aquí donde los duques se refugiaban en caso de ataque. Si miras hacia arriba, frente a la Torre de Bona, verás la Torre de la Castellana, donde se custodiaba, pues no en vano era el lugar de mayor seguridad, el tesoro del ducado, ¡un tesoro digno del "Señor de los Anillos"! No te pierdas las decoraciones renacentistas del techo del pórtico, con los lemas de las familias Sforza y Visconti.

Ahora haz una pausa y ve a la Corte Ducal.

 

Como observarás, aquí en la Corte Ducal, el ambiente es completamente distinto del guerrero del patio de la Rocchetta. Parece un palacio renacentista encajonado entre los muros de una fortaleza. ¡Siente la dulzura de este espacio embellecido por el jardín y el largo estanque del centro! Fue aquí donde residió, durante los veinte años de su gobierno, el gran condotiero Ludovico el Moro, bajo el cual el Ducado de Milán conoció su máximo esplendor.

 

CURIOSIDAD: delante de ti está el Pórtico del Elefante, y si vas a mirar el fresco que lo decora y consigues distinguir las diversas figuras un poco descoloridas de animales, descubrirás por qué se llama así.

 

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