CATEDRAL, Arengario Y Palacio Real
Plazas de la Catedral hay muchas en Italia, ¡pero ninguna tan famosa como la de Milán!
Se creó hace nada menos que 700 años, cuando se empezó a sentir la necesidad de dar un contexto apropiado a la Catedral, pero a lo largo de los siglos ha cambiado varias veces de fisonomía. El aspecto que tiene hoy se debe a un concurso público, que invitaba a los ciudadanos a presentar propuestas para una ordenación definitiva de la plaza: el ganador fue Giuseppe Mengoni, quien también construyó la famosa Galería donde puedes ir de compras antes de ver la plaza della Scala. La Galería fue terminada en 1877.
Ahora haz una pausa y ve al Arengario.
También en este lado, como en el de la Galería, la plaza está embellecida con pórticos decimonónicos, aunque notarás el fuerte contraste de estilo respecto a los dos edificios gemelos, que datan de 1930. Con su geometría esencial, constituyen un ejemplo elocuente del "racionalismo", el estilo típico de la Italia del periodo fascista. El edificio de la izquierda se llama Arengario, y si quieres hacerte una idea de lo mejor del arte italiano del siglo pasado, debes sin duda visitar el Museo del Novecento. Te aconsejo que vuelvas por la noche, cuando a través de las ventanas de la segunda planta se enciende una composición de tubos de neón de Lucio Fontana. Y si quieres hacer una locura, reserva una mesa en el restaurante para disfrutar de una ¡espectacular vista de la catedral!
Como habrás observado, el Arengario está adosado a un edificio mucho más antiguo: el Palacio Real. Observa la forma en que, en correlación con la Catedral, la fachada del edificio retrocede, y te aviso, ten cuidado de no tropezar en el empedrado, como les ocurre a las señoras que llevan tacones durante las ceremonias de las bodas civiles que tienen lugar en uno de los salones del palacio.
CURIOSIDAD: ¡bajo la plaza se desarrolla una intensa vida subterránea! Desde las dos líneas de metro puedes llegar a cualquier punto de la ciudad, puedes ir de compras a las tiendas subterráneas y hay incluso una taquilla de La Scala que te da acceso a uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. Pero si prefieres un chapuzón en el pasado, no te pierdas el fascinante enclave arqueológico de las excavaciones paleocristianas, que han sacado a la luz restos de las iglesias de Santa Tecla y Santa María Maggiore, las "antepasadas" de la Catedral, y sobre todo, partes bien reconocibles del Baptisterio de San Juan, construido a finales del siglo IV por orden de San Ambrosio.