DOMUS DE LAS ALFOMBRAS DE PIEDRA, Mosaico Del Buen Pastor
El «mosaico del buen pastor» decoraba originalmente el suelo de una habitación situada en una zona del palacio construida hacia el siglo IV.
Las estancias de esta ala del palacio eran representativas y por ello estaban ricamente decoradas con mosaicos en el suelo y mármoles policromados, desgraciadamente desaparecidos en gran parte porque fueron reutilizados para otras construcciones en siglos posteriores.
El nombre del mosaico está relacionado con el personaje principal de la obra, un joven apoyado en un largo bastón junto al que hay dos ovejas.
Se cree que el niño no representa a Cristo, a menudo conocido como el «buen pastor», puesto que, en el mosaico, faltan por completo elementos sagrados como la aureola. Tampoco parece tratarse del personaje de la mitología griega Orfeo, que encantaba a los animales con su música, porque, aunque hay una flauta colgada de la rama de un árbol, Orfeo solía estar rodeado de animales salvajes y no de dóciles ovejas.
El niño podría representar, en cambio, la sabiduría del propietario de la casa, visto como un buen administrador que protege y cuida de los demás, igual que un buen pastor hace con su rebaño.
Este tema autocomplaciente se ve confirmado por la forma de los dos árboles situados a ambos lados del niño, que, junto con los dos pájaros azules colocados encima, parecen formar un arco a su alrededor.
Mientras observas la obra, fíjate en los detalles empleados para reproducir la indumentaria del pastor: la túnica corta, los zapatos, la capa, los grandes ojos oscuros y el pelo corto. La misma atención y los mismos colores rojo, rosa, azul y blanco se han utilizado para crear el intrincado marco donde un motivo trenzado rodea al sujeto central.
Curiosidad: durante las excavaciones, se descubrieron varios niveles de suelo superpuestos, todos exquisitamente decorados. Esto se debe a que el fenómeno de subsidencia también hizo que en esta zona el suelo se hundiera lentamente, por lo que fue necesario superponer otra capa. Por ello, los arqueólogos tuvieron que elegir qué mosaicos conservar en este lugar y la elección recayó en los que puedes ver, que son los más bonitos de todos los que se encontraron. De todos modos, los demás mosaicos se han restaurado y algunos se exponen en el Museo Classis.