CAPILLA SIXTINA, Paredes

Audio Guide length: 3.05
español Idioma: español
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA


La decoración se inició en 1481, inmediatamente después del fin de las hostilidades entre Roma y Florencia originadas por la conjura de los Pazzi. Fue el propio Lorenzo el Magnífico, que pudo escapar de la conspiración, el que envió a Roma a un excepcional cuarteto de maestros: Perugino, Botticelli, Ghirlandaio y Cosimo Rosselli, con sus respectivos y excelentes equipos de ayudantes. A cada uno de los cuatro se le confió un compartimento de la pared a la derecha del altar, y los artistas tenían un año de plazo para terminar la decoración; aunque antes del final Luca Signorelli sustituyó a Perugino.

Antes de que Miguel Ángel lo destruyese para realizar el Juicio Final, en el centro de la pared que está sobre el altar había otro fresco de Perugino, que representaba a la Asunción, es decir, la subida de la Virgen a los cielos. El techo por su parte estaba decorado con un simple cielo estrellado.

Por encima de la banda de falsos cortinajes, que como te he dicho es la más baja, en la banda intermedia tienes a un lado los episodios del Antiguo Testamento con Moisés y su hermano Aarón, y al otro los episodios de la vida de Cristo. La correspondencia entre las historias, que discurren una frente a la otra, se explica mediante inscripciones en la banda superior:

Moisés, guía y legislador del pueblo elegido, y el sacerdote Aarón prefiguran a Cristo, que es a la vez guía, legislador y sacerdote: la ley de Moisés encuentra su plena realización en la ley del Evangelio; Cristo transmite el poder a San Pedro y a los papas, sus sucesores.

La escena clave del ciclo es el fresco de Perugino titulado la Entrega de las llaves a San Pedro, que te presenta la transmisión del poder de Cristo a los papas, sucesores de Pedro; enfrente puedes ver el fresco el Castigo de los rebeldes, pintado por Botticelli, que te muestra cómo se castiga a los que se oponen a la autoridad de los pontífices. Para reforzar el vínculo visual entre las dos escenas, ambos pintores introdujeron en el fondo imágenes de arcos clásicos.

Otra obra maestra de Botticelli es el fresco de las Pruebas de Moisés, en el que Moisés, al que puedes reconocer con un hábito verde y amarillo, aparece hasta siete veces en diferentes acciones, aunque el conjunto resulta coherente y orgánico. Igualmente compleja y eficaz es la escena del Testamento de Moisés, pintada por Luca Signorelli.

 

CURIOSIDAD: los cuatro pintores trabajan codo con codo, de forma simultánea, siguiendo criterios generales de homogeneidad en el estilo, los colores predominantes y el tamaño de los personajes. ¿Y sabes por qué hay tantos acabados dorados? Porque tenían que brillar a la luz de las antorchas y las velas. ¡Imagina qué efecto tan espectacular!

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