VITTORIANO Y ARACOELI, Visita
No tienes más que mirarlo para darte cuenta: dar una definición estilística del Vittoriano es una tarea imposible. En general, podría recordarte a la solemnidad neoclásica, pero la riqueza de la decoración escultórica pertenece más bien al llamado estilo del eclecticismo, o al modernismo. Y ten presente además que el arquitecto Giuseppe Sacconi no se limitó a diseñar su estructura, sino que también se dedicó en cuerpo y alma a definir todos los detalles de la decoración.
Cuando se inauguró, con ocasión de la Exposición Universal de 1911 por los cincuenta años de la independencia nacional, le faltaban todavía las esculturas ornamentales de mármol y bronce. Estas se añadieron en su mayor parte después de la Primera Guerra Mundial, hasta que se completaron en 1925, cuarenta años después del inicio de los trabajos, ya en plena época fascista. Para finalizar los interiores se tardaron otros diez años. Los romanos enseguida lo bautizaron sarcásticamente como "la máquina de escribir".
Su forma general recuerda al altar helenístico de Pérgamo, en Asia Menor: una serie de escaleras conducen hasta una columnata hollywoodiense, que culmina en una terraza con dos carros de bronce.
Las estatuas que representan a las principales ciudades de Italia forman la base de la estatua de Víctor Manuel II a caballo, mientras que las esculturas que ves sobre las columnas están por su parte dedicadas a las veinte regiones de Italia. Como habrás supuesto, la intención del arquitecto era la de representar a toda Italia en un solo monumento, no sólo desde un punto de vista simbólico, sino también desde el geográfico.
Actualmente, en el interior del Vittoriano puedes visitar importantes exposiciones de arte antiguo y moderno. Algunos espacios están dedicados a museos permanentes sobre la historia del Risorgimento y las vivencias de los emigrantes italianos. Si en cambio te apetece un aperitivo y relajarte, te recomiendo el agradable bar-restaurante de una de sus plantas, desde donde puedes disfrutar de fantásticas vistas del centro de la ciudad, al igual que desde la parte superior de la escalinata y desde la terraza.
CURIOSIDAD: cuando se realizó la colosal estatua ecuestre de Víctor Manuel II, un equipo de trabajadores de las obras participó en un banquete realmente original: se organizó en el interior del caballo de bronce. Desde los tiempos del mítico caballo de Troya ningún hombre había estado, no encima, ¡sino dentro de un caballo!