CASTILLO DEL BUONCONSIGLIO, Castelvecchio Primera Parte
Nuestra visita al interior del Castillo del Buonconsiglio comienza en el sector más antiguo del complejo monumental: el Castelvecchio. Dentro de sus murallas almenadas se encuentra el elemento arquitectónico más característico del castillo, el mastio, la torre principal de planta circular construida a principios del siglo XIII.
Se trata de una construcción medieval, construida con una evidente finalidad defensiva, por orden del podestà imperial Soderigo di Tito.
Antes de entrar en el Castelvecchio, tómate unos minutos para observar la fachada, no tanto para apreciar su aspecto estético, sino para seguir las numerosas huellas que la rica historia de construcción del castillo ha dejado en el edificio.
Al levantar la mirada, advertirás la presencia de dos órdenes de almenas, además de la que corona el edificio, testigos de las numerosas construcciones que se llevaron a cabo durante los siglos XIV y XV. Además de las inconfundibles siluetas almenadas, se pueden ver unas ventanas de cruz güelfa, es decir, con una cruz que las divide en cuatro, y otras con un elegante perfil curvo, elementos introducidos para hacer más noble la estructura. Se trata de un cambio de ritmo evidente en la historia de la construcción del castillo: con el tiempo, las necesidades defensivas fueron quedando relegadas a un segundo plano frente a la necesidad de transformar el castillo en una residencia noble, en consonancia con el poder religioso y civil de los príncipes-obispos que allí se alojaban.
Ahora, pon el audio en pausa y vuelve a reproducir el audio cuando estés en el patio del Castelvecchio.
El patio interior también atestigua el deseo de transformar el castillo en una residencia aristocrática. Un elemento característico de este espacio es la presencia de tres logias superpuestas, construidas a finales del siglo XV según un proyecto promovido por el príncipe-obispo Johannes Hinderbach. Los frescos que decoran el patio datan de la misma época y no se terminaron hasta el siglo XVIII.
En la decoración de los capiteles del pórtico de la planta baja, se puede ver la representación de un unicornio con llamas que hace referencia al escudo de los Hinderbach, y el águila, la mitra y el pastoral, que son una alusión precisa al principado episcopal.
Curiosidad: una antigua inscripción en piedra que data de 1484 explica cómo el obispo Hinderbach consiguió llevar el agua al castillo a través de canales subterráneos.