PALAZZO DELLE ALBERE, Interior

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La belleza del paisaje del jardín del palacio de los Madruzzo continúa en el interior, suntuosamente decorado con frescos de los mismos maestros que, a mediados del siglo XVI, trabajaban en las salas del Castillo del Buonconsiglio.

Estamos en los años en que irrumpe en Trento la cultura humanística. Las mansiones de las principales familias locales se enriquecen con importantes ciclos de frescos dedicados a los principales temas que discutían eruditos y literatos: la historia de la humanidad, las siete artes liberales y las virtudes cardinales y teológicas.

Estos son los temas protagonistas de la decoración del Palazzo delle Albere, en el que todas las salas de representación se encontraban en los torreones de la primera y segunda planta, que aún conservan numerosos frescos. En el primer piso estaba el Gran Salón, donde se encontraba lo que hoy llamaríamos el «plato fuerte» de los frescos de la casa: un ciclo que representa las gloriosas hazañas del emperador Carlos V, del que, por desgracia, se conservan sólo unos pocos fragmentos. Sin embargo, los frescos que simbolizan los doce meses del año aún son visibles....

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