MUSEO ARQUEOLÓGICO, Jardines Reales

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Después de visitar el Museo Arqueológico, te mereces un paseo relajante entre la vegetación del magnífico e histórico parque que se extiende detrás del Palacio Real. Gracias a una acertada restauración en dos fases, primero los árboles, luego las esculturas dieciochescas, ahora puedes disfrutar por fin de este espacio en el que se mezclan el arte y la naturaleza. Verás grandes castaños, plátanos y tilos, pero también ginkgo biloba, cedros, nogales y muchos otros ejemplares de maderas preciosas.

Amantes como eran de la vida al aire libre, de los perros y los caballos, ¡los Saboya no podían pensar en tener una residencia sin un espacio verde! El primer proyecto de los Jardines Reales se remonta a Manuel Filiberto, en la segunda mitad del siglo XVI. Era un típico jardín de la época adornado con fuentes y grutas, estanques para peces y jaulas para aves, sobre todo exóticas. Había incluso una zona reservada para los cítricos, que sin embargo no se plantaban en la tierra, sino en grandes macetas. En el invernadero que los protegía del invierno, llamado precisamente "Orangerie", acabas de estar visitando el Museo de Antigüedades.

Para pasear por los Jardines Reales tienes a tu disposición una zona de aproximadamente cinco hectáreas. El núcleo más antiguo, al norte del Palacio Real, es el Jardín Ducal; en el Jardín de las Artes, al este, encontrarás la misma organización de caminos y perspectivas ideada para Versalles; mientras que en el sector noreste tienes el Bosquete, de origen decimonónico, con arbustos muy altos....

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