BASÍLICA DEI FRARI, Exterior

Para tener una idea general de la basílica te aconsejo que te alejes de la plaza y atravieses el puentecito que cruza el rio dei Frari: podrás así abarcar la mole de la iglesia y observar a la vez la fachada y el lado izquierdo. El conjunto es muy armonioso y unitario, gracias al uso exquisito de sólo dos materiales: ladrillos y piedra de Istria de color claro.

Desde esta posición puedes admirar adecuadamente la curiosa silueta de la fachada, con sus grandes ventanas circulares en el centro y las tres pequeñas agujas caladas de la parte superior. Los robustos pilares de apoyo que atraviesan los muros de la fachada y del lateral no se deben sólo a la mole de la basílica, sino también a la necesidad de anclarse bien al fondo arenoso.

Ahora cruza el puente y vuelve ante la fachada, pero antes de entrar te sugiero que des una vuelta alrededor de la Basílica.

Ahora haz una pausa y ve delante de la portada del lado izquierdo.

Te darás cuenta de que dar la vuelta alrededor de dei Frari es casi como circunnavegar un continente: espacios abiertos, cavidades, capillas, esculturas, ¡una sorpresa continua! Pero quizás el punto más fascinante sea el campo, es decir la placita, que se encuentra entre el lado de la basílica y la fachada de la iglesia de San Roque, con la maravillosa fachada renacentista de la Scuola Grande di San Rocco.

Ahora sigue girando alrededor de la iglesia hasta la parte posterior... ¡hasta volver a escucharme de nuevo en la visita al interior!

CURIOSIDAD: mira la robusta torre campanario con el templete octogonal en su parte superior, tratando de que no te entre tortícolis: con sus 70 metros de altura es el campanario más alto de Venecia justo detrás del de San Marcos.