ARENA, Interior - Ai Voice
Idioma: español
El interior de la Arena de Verona se presenta como un majestuoso óvalo de piedra, sorprendentemente bien conservado a pesar de sus dos mil años de historia y de su uso continuo.
La cavea, es decir, el conjunto de gradas, fue diseñada para acoger a unos 30.000 espectadores, y todavía hoy, con sus anillos concéntricos de piedra que se elevan hacia lo alto, transmite una sensación de amplitud y grandeza.
En el centro se encuentra la arena propiamente dicha, un amplio espacio elíptico que en la época romana se destinaba a los combates de gladiadores, a las cacerías con animales y a otros espectáculos públicos.
El acceso a las gradas se realizaba a través de los vomitoria, corredores y galerías que permitían una entrada y salida rápida del público: un ejemplo de ingeniería romana verdaderamente avanzada.
Al pasear por la cavea se pueden observar las huellas del tiempo: los peldaños desgastados, los bloques de mármol pulidos y las antiguas marcas numeradas, utilizadas para guiar a los espectadores hasta sus asientos asignados.
En algunos puntos aún son visibles los restos de la llamada violetta, un marco de mármol que separaba la parte baja de la cavea de la superior.
Bajo el piso de la arena se extiende un intrincado sistema de hipogeos, con pasillos y estancias que en su origen albergaban animales, máquinas escénicas y gladiadores en espera; hoy estas estructuras son objeto de estudio y restauración.
Curiosidad: durante las representaciones de ópera modernas, se instala una gran concha acústica en el escenario para mejorar la proyección del sonido. Además, los decorados monumentales, montados y desmontados a mano cada verano, transforman la Arena de Verona en uno de los teatros al aire libre más espectaculares y escenográficos del mundo.