BASÍLICA DE SAN ZENO, Interior

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Para acceder a la basílica de San Zeno entra por la izquierda, pasando junto a la torre.

Así se llega al fascinante cuadrilátero del claustro románico-gótico, soportado por columnas dobles.

El pabellón sobresaliente lo utilizaban los monjes como lavabo.

A lo largo de las galerías se pueden encontrar fragmentos escultóricos y restos de frescos, así como disfrutar de una hermosa vista del lado de la basílica, al que se puede acceder desde un portal lateral.

El interior destaca sobre todo por su luminosidad y la inmensidad del edificio, sostenido por grandes pilares y cubierto por un original techo de madera con arcos trilobulados construido a finales del siglo XIV.

En los pilares, en la fachada y a lo largo de las paredes, hay numerosos frescos de los siglos XIII y XIV, casi todos anónimos, que documentan la evolución de la pintura de Verona en la Baja Edad Media. En la pared derecha destaca la popular y gigantesca figura de San Cristóbal.

Destaca la escalera que desciende hasta la gran cripta románica, sostenida por columnas con bellos capiteles: una verja protege el reciente altar donde se conserva el cuerpo de San Zeno....

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