MUSEO VAN GOGH, Saint Remy

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Vincent Van Gogh pasó los primeros meses de 1889 en la Provenza, en una alternancia continua entre momentos de lucidez y crisis violentas, durante los cuales incluso bebió aguarrás, una resina vegetal, y se comió las pinturas de los tubos.

Como puedes ver fácilmente, los efectos de la enfermedad mental y los abusos del pintor, incluido el alcohol, son visibles en algunas de las pinturas expuestas en el museo por sus colores poco realistas y formas ondeantes. Un ejemplo de ello son las tres pinturas que representan los Olivares, en los que se acentúa la contorsión natural de los árboles.

Consciente de su estado, Van Gogh, en mayo del mismo año, decidió ingresar en el sanatorio psiquiátrico de Saint Rémy de Provence, ubicado en un antiguo convento.

Aquí, Vincent no recibió cuidados especiales, pero al menos se le impidió tomar sustancias nocivas y, además, se le permitió pintar, tanto en la habitación como en el jardín, siempre bajo la supervisión de una enfermera....

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