SAN PABLO, Interior

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Si quieres sumergirte en el corazón de la historia inglesa, la mejor manera de hacerlo es recorrer en silencio el interior de la Catedral de San Pablo. Comienza desde el monumento en memoria del duque de Wellington, que encontrarás en el espacio que hay debajo del arco que separa la nave central de la norte. El héroe de la batalla de Waterloo, del que podrás ver su tumba en la cripta de la catedral, está representado a caballo en una escultura que se colocó aquí casi sesenta años después de la realización de este monumento fúnebre. Aunque el proyecto preveía desde el principio que Wellington estuviese representado montando a su querido purasangre Copenhagen, el hecho de introducir un caballo en una iglesia, aunque fuera de bronce, se consideró poco apropiado: de ahí el gran retraso en su ejecución. 

Si continúas encontrarás, un poco más adelante, en el brazo transversal, el monumento a otro ilustre protagonista de la historia militar británica, el almirante Nelson, que murió heroicamente en 1805 durante la batalla de Trafalgar. Notarás que en el centro exacto de la iglesia hay unas sillas dispuestas en círculo. Elige una, siéntate cómodamente y levanta la vista: podrás contemplar con calma las pinturas que narran los principales episodios de la vida de San Pablo, representados en el majestuoso interior de la cúpula.

En la nave, continuando hacia el fondo, no te pierdas la sugestiva escultura de mármol que representa a La madre con el niño, realizada por el artista británico Henry Moore en 1983, en recuerdo de los mártires anglicanos que han perdido la vida por su fe. Tras el altar mayor, ve también a visitar la American Memorial Chapel, el monumento con el que el gobierno inglés quiso rendir homenaje a los 28.000 soldados estadounidenses caídos en suelo inglés durante la Segunda Guerra Mundial....

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