KREMLIN, Catedral De La Asunción
Idioma: español
La Catedral de la Asunción o de la Dormición es la más majestuosa de las que dan a la Plaza de las Catedrales.
Durante seis siglos fue la iglesia más importante de toda Rusia. Aquí se consagraron patriarcas, metropolitanos y obispos y se coronaron príncipes, zares y emperadores.
También debes saber que la mayoría de los metropolitanos y patriarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusa elegidos entre 1320 y 1700 descansan aquí.
El edificio actual, construido entre 1475 y 1479, se debe a un encargo del zar Iván III el Grande, que ordenó su renovación total e inicialmente confió la tarea a arquitectos rusos. Lamentablemente, cuando la obra ya estaba avanzada, la construcción se derrumbó. Tal vez fue por causa de un terremoto o de un error de diseño, pero el zar prefirió recurrir a un arquitecto italiano experimentado: el veneciano Aristóteles Fioravanti.
La principal indicación que se le dio al arquitecto fue seguir el modelo de la catedral del mismo nombre en Vladimir, la antigua capital del noreste de Rusia. Sin embargo, Fioravanti supo modificar el proyecto para hacerlo aún más imponente y majestuoso e introdujo detalles típicos del Renacimiento italiano.
El resultado es un espléndido templo de piedra blanca con 5 ábsides y tres portales que domina la plaza. La fachada y los laterales están divididos en cuatro tramos verticales por pilares decorativos y culminan en arcos de medio punto. La parte principal, donde destaca el portal de entrada, se distingue por un magnífico fresco de la Virgen de 1660.
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¡Mira qué maravilla, los frescos del siglo XVII restaurados el siglo pasado!
Acércate al altar y admira la espectacular pared de 16 metros de altura decorada con hermosos iconos. A su lado verás una copia de uno de los iconos más venerados de la Iglesia Ortodoxa: la «Virgen de Vladimir» del siglo XV.
En el área de culto dedicada a los zares y zarinas destaca el «Trono de Monómaco», realizado en 1551 para Iván el Terrible y decorado con esculturas y bajorrelieves.
Además de las tumbas de patriarcas y metropolitanos, colocadas bajo el pavimento y a lo largo de las murallas, se conservan valiosas reliquias, entre las que se encuentran los restos del mártir patriarca Hermógenes.
Curiosidad: tal vez sea una leyenda, pero se dice que el zar estaba tan entusiasmado con la obra de Fioravanti que nunca se le permitió volver a Italia.
