MUSEO PUSKIN, Introducción
Hola, soy Dani, tu guía personal, y junto a MyWoWo te damos la bienvenida a una de las maravillas del mundo, el Museo Pushkin.
El Museo de Bellas Artes de Pushkin, inaugurado en 1912, es el más importante y, sin duda, el más visitado de Moscú. Aunque está dedicado a Alexander Pushkin, no tiene nada que ver con el famoso poeta. El nombre actual se remonta a 1937, cuando, con motivo del centenario de la muerte del gran poeta ruso, se decidió cambiar el nombre del museo, inicialmente nombrado en honor al emperador Alejandro III.
Ya desde mediados del siglo XIX, muchos intelectuales insistieron en la creación de un museo dedicado a las bellas artes, pero fue gracias a Ivan Vladimirovich Tsvetaev, profesor de la Universidad de Moscú y más tarde primer director del museo, que cristalizó el proyecto.
En 1896 se celebró finalmente un concurso para diseñar el museo. El ganador fue el arquitecto ruso Roman Klein, que se inspiró en los antiguos templos griegos, como se puede ver en la imponente columnata jónica que marca la magnífica fachada del edificio principal.
Las primeras colecciones expuestas consistían en una colección de moldes de esculturas famosas a las que posteriormente se añadieron obras originales, especialmente cuadros de los pintores europeos más famosos. Muchas de las colecciones surgieron como resultado de la nacionalización de colecciones privadas por deseo del gobierno soviético. El núcleo de la exposición se debe a dos comerciantes rusos: Sergej Ščukin e Ivan Morozov, ambos apasionados de la pintura impresionista y postimpresionista, que coleccionaron obras de Monet, Cézanne, Renoir, Van Gogh y Picasso.
También son de gran interés los materiales arqueológicos del antiguo Egipto, la antigua Grecia, la antigua Roma y las civilizaciones de Asia Menor. Entre los hallazgos más famosos se encuentra el famoso Tesoro de Príamo, que data del tercer milenio antes de Cristo.
Curiosidad: El mayor inversor del museo a finales del siglo XIX fue el industrial rico Yuri Stepanovich Nechaev-Maltsov, productor de cristalería y propietario de numerosas tiendas de Moscú y San Petersburgo. ¡Donó casi dos millones de rublos para construir esta obra maestra! Es una suma muy considerable para aquella época, ¿no?