HERMITAGE, Miguel Ángel Joven En Cuclillas Sala 230
Idioma: español
La famosa estatua Joven en cuclillas, de Miguel Ángel Buonarroti, representa a un chico desnudo y musculoso que parece estar tratando de quitarse una espina del pie. Hay varios misterios alrededor de esta sugerente escultura de 1524.
A día de hoy, algunos expertos dudan de que se trate realmente de una obra de Miguel Ángel, y tampoco está claro si era para la tumba del Papa Julio II, en Roma, en la que Miguel Ángel trabajó entre 1505 y 1516, o para la tumba de Juliano de Medici en la Sacristía Nueva de la Basílica de San Lorenzo, en Florencia. La mayoría de los estudiosos sostienen esta segunda hipótesis ya que, en algunos bocetos existentes, aparece una escultura muy similar.
Si observas detenidamente esta magnífica obra, aparentemente sin pulir, casi inacabada, todavía se pueden reconocer los signos del cincel, aunque los cabellos rizados, la posición del joven enrollado sobre sí mismo casi para expresar el dolor que siente, revelan la habilidad del artista.
Miguel Ángel dejó muchas de sus obras inacabadas, tanto es así que algunos expertos piensan que, una vez que conseguía extraer del bloque de piedra la figura que mejor se adaptaba a la pieza de mármol, perdía el interés en terminar la escultura. ¿No te parece que esta escultura es un buen ejemplo de ello? ¿Que la pose forzada del niño sigue la forma original del bloque del que se extrajo? Desde este punto de vista, podría decirse que Miguel Ángel se anticipó varios siglos al arte contemporáneo que, a menudo, se centraba más en el material que se utilizaba que en la forma que este cobraba.
Una de las tesis más acreditadas sobre lo que representa esta figura es que expresa el dolor de un alma no nacida, perdida en el limbo y, quizás también por esta razón, no perfectamente definida.
Curiosidad: Catalina la Grande compró esta escultura, que originalmente perteneció a la familia italiana de los Medici de Florencia, a través de un banquero que no sabía que se trataba de una obra de Miguel Ángel. De hecho, la obra se atribuyó al artista en 1923, gracias a una erudita alemana que encontró un dibujo de Miguel Ángel muy similar a la estatua del joven.
