Habsburgo
La dinastía de los Habsburgo es una de las casas reales europeas más importantes y longevas, habiendo gobernado vastos territorios durante siglos.
La familia Habsburgo tiene sus orígenes en el castillo homónimo situado en Suiza, construido alrededor del año 1020. El nombre "Habsburgo" deriva del castillo de Habsburg. Durante los siglos XII y XIII, la familia se expandió territorial y políticamente.
En 1273, Rodolfo I de Habsburgo fue elegido Rey de los Romanos, convirtiéndose en el primer miembro de la dinastía en obtener un cargo imperial. Conquistó Bohemia y consolidó el poder de la familia.
Federico III (1415-1493) fue el primer emperador de la familia en gobernar el Sacro Imperio Romano Germánico desde 1452. Estableció Viena como la capital de los Habsburgo y consolidó el poder de la dinastía.
Maximiliano I (1459-1519), nieto de Federico, amplió considerablemente los territorios de los Habsburgo a través de matrimonios estratégicos. Se casó con María de Borgoña, adquiriendo vastos territorios en los Países Bajos y Borgoña.
Uno de los Habsburgo más famosos fue Carlos V (1500-1558), quien gobernó un imperio inmenso que incluía España, los Países Bajos, Italia, Austria, las colonias americanas y el Sacro Imperio Romano Germánico. Durante su reinado, el imperio fue el más extenso en Europa desde la época de Carlomagno.
Tras la abdicación de Carlos V, el imperio se dividió en dos ramas principales: la rama española, liderada por Felipe II, y la rama austríaca, liderada por Fernando I.
La rama española gobernó sobre España, Nápoles, Sicilia y las colonias americanas, mientras que la rama austríaca mantuvo el control sobre los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico y otras regiones europeas.
Durante el siglo XVII, los Habsburgo enfrentaron numerosos desafíos, incluida la devastadora Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que debilitó significativamente el Sacro Imperio Romano Germánico. A pesar de esto, lograron mantener el control sobre Austria y otros territorios circundantes.
María Teresa (1717-1780) fue una de las figuras más importantes de los Habsburgo, gobernando un imperio multiétnico e iniciando importantes reformas administrativas y militares. Su matrimonio con Francisco Esteban de Lorena consolidó aún más el poder de la dinastía.
Su hijo, José II, continuó las reformas ilustradas, modernizando el imperio.
Los Habsburgo continuaron gobernando hasta la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806, después de las guerras napoleónicas. Posteriormente, gobernaron como Emperadores de Austria.
Después de la derrota en la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio Austro-Húngaro en 1918, el último emperador, Carlos I, abdicó, marcando el fin del dominio de los Habsburgo.