RECINTO MODERNISTA DE SANT PAU, Restauración Y Renacimiento - Ai Voice
Idioma: español
En 2009, después de más de cien años en funcionamiento, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau dejó de utilizarse, ya que las estructuras históricas no podían responder a las necesidades de la medicina contemporánea.
La actividad sanitaria se trasladó entonces a un nuevo edificio construido junto al antiguo, mientras que el recinto histórico encontró una nueva función gracias a un ambicioso proyecto de restauración integral.
Las obras, iniciadas en 2010, supusieron un reto complejo.
No se trataba solo de limpiar las fachadas o restaurar los mosaicos, sino de devolver al edificio su esencia: la fusión entre belleza y funcionalidad que estaba en el corazón del proyecto de Domènech i Montaner.
Los trabajos se realizaron recuperando materiales, colores y decoraciones originales.
Las cúpulas fueron restauradas con cerámicas esmaltadas idénticas a las de principios del siglo XX; las vidrieras se recompusieron pieza a pieza y los sótanos fueron reforzados y transformados en espacios técnicos y museísticos.
Hoy en día, los pabellones albergan fundaciones y organizaciones internacionales dedicadas a ámbitos como la salud global, la educación y la sostenibilidad.
Además, el recinto se ha convertido en uno de los lugares de congresos más impresionantes de Barcelona, acogiendo conferencias, exposiciones y actividades culturales durante todo el año.
Paseando por los pabellones restaurados, es fácil volver a percibir el esplendor original del Modernismo catalán: los ladrillos rojos, los mosaicos de colores, las cúpulas doradas y los jardines geométricos.
Y sin embargo, bajo esta apariencia de intemporalidad, todo ha sido adaptado a las necesidades actuales, con instalaciones modernas y soluciones sostenibles que respetan el entorno y la memoria del lugar.
Curiosidad: durante las obras de restauración, los trabajadores encontraron en los sótanos del recinto varios documentos originales de la época de Domènech i Montaner, perfectamente conservados. Se trataba de dibujos, cartas y notas técnicas que revelaban la increíble precisión con la que el arquitecto había planificado cada detalle del proyecto.
Este hallazgo permitió a los restauradores devolver al recinto no solo su forma original, sino también su espíritu auténtico.