SANTA MARIA MAGGIORE, Interior

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En el interior de la iglesia, tendrás que fijarte con atención para reconocer la planta románica original: allá donde mires, triunfa una sensación de riqueza arrolladora entre el resplandor de oros y estucos en relieve de épocas posteriores. De hecho, desde finales del siglo XVI, se ha transformado y adornado la iglesia de forma suntuosa.

Las decoraciones posteriores cubrieron algunas pinturas medievales que se encontraban junto a los portales que, de todas formas, se han recuperado con las restauraciones. Las reconocerás si observas las figuras realizadas de forma natural, con colores planos y composición simple.

En gran fresco del Árbol de la vida, obra de un discípulo de Giotto, está cubierto parcialmente por decoraciones posteriores, mientras que los frescos de La Última Cena y otros con curiosas escenas de la vida de los santos son fácilmente reconocibles.

De las paredes cuelgan 25 enormes y magníficos tapices que aportan un toque lujoso: se trata de tejidos elaborados con telar manual, entrelazando hilos de lana, de seda de colores y de oro y plata, obra de las célebres manufacturas de Florencia y del lejano Flandes.

Siguiendo los tapices, encontrarás un magnífico confesionario, ricamente decorado con estatuas. Se trata de una obra maestra de Andrea Fantoni, un habilidoso escultor de los valles bergamascos, realizado a principios del siglo XVIII con madera de nogal oscura y con madera de boj, de un color más claro....

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