emperador bizantino Justiniano

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español Idioma: español

Justiniano I, también conocido como Justiniano el Grande, fue emperador del Imperio Romano de Oriente desde el 527 hasta su muerte en el 565. Nacido en una pequeña localidad en los Balcanes, Justiniano ascendió al poder como sobrino y sucesor de Justino I, y su reinado estuvo marcado por intentos de restaurar la grandeza del antiguo Imperio Romano.

Uno de los objetivos más ambiciosos de Justiniano fue la reconquista de las provincias occidentales que habían caído en manos de los bárbaros en los siglos anteriores. El general Belisario, uno de sus comandantes más fieles y capaces, fue encargado de las campañas en el norte de África e Italia. En el 533, Belisario derrotó a los vándalos en el norte de África, devolviendo la región al control bizantino después de casi un siglo de dominio bárbaro. Posteriormente, en el 535, comenzó la larga y sangrienta guerra contra los ostrogodos en Italia, que culminó con la caída de Rávena en el 540 y la reintegración de Italia en el Imperio.

Uno de los legados más significativos de Justiniano fue su reforma legislativa, que culminó en la creación del Corpus Juris Civilis, o Cuerpo de Derecho Civil.

Justiniano también fue un gran mecenas de las artes y la arquitectura. Su obra más famosa es la Basílica de Santa Sofía en Constantinopla, reconstruida entre el 532 y el 537 después de que la versión anterior fuera destruida durante la revuelta de Nika. Santa Sofía, con su vasta cúpula y sus refinados mosaicos, es considerada una de las mayores realizaciones arquitectónicas de la antigüedad tardía y un símbolo del poder y la piedad cristiana de Justiniano.

A pesar de estos éxitos, el reinado de Justiniano no estuvo exento de dificultades. Sus campañas militares, aunque inicialmente victoriosas, fueron costosas y agotadoras. La guerra en Italia, en particular, se prolongó durante décadas después de su muerte, causando inmensos sufrimientos entre la población local y desviando recursos valiosos de otras fronteras. Además, durante su reinado, el Imperio fue golpeado por la peste de Justiniano, una pandemia que mató a millones de personas, incluyendo, según algunos informes, una gran parte de la población de Constantinopla.

Justiniano murió en el 565 sin dejar un heredero directo al trono, marcando el fin de una era.

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