HERMITAGE, Palacio De Invierno
El Palacio de Invierno, que fue residencia de los zares hasta 1917, es el edificio principal del Hermitage y el palacio más famoso de San Petersburgo.
La primera residencia real, encargada por Pedro el Grande, fue una casa de madera de estilo holandés construida en 1708 que fue sustituida por un edificio de piedra tres años más tarde.
En 1731, la emperatriz Ana encargó al arquitecto Francesco Bartolomeo Rastrelli la construcción de un nuevo palacio, que terminó en 1735. Solo 17 años más tarde, la zarina Isabel pidió a Rastrelli que lo ampliara, pero el arquitecto prefirió reconstruirlo entero. Las obras comenzaron en 1754 y, para cuando Catalina la Grande accedió al trono, en 1762, el nuevo palacio estaba casi terminado. Aunque la nueva emperatriz decidió sustituir al ingeniero italiano, el exterior del edificio se mantuvo fiel a su proyecto.
Las coloridas fachadas, embellecidas por dos niveles de columnas jónicas, están ricamente decoradas en estilo barroco y los parapetos están adornados con magníficas estatuas. Desde los tres arcos que dan a la plaza del Palacio se accede a un precioso y enorme patio.
En el interior del Palacio de Invierno que, originalmente, era de estilo barroco, se han ido haciendo cambios con el tiempo y, para muchas salas, se prefirió un estilo neoclásico más sobrio.
Vasili Stásov rediseñó la mayor parte de los suntuosos espacios interiores tras el terrible incendio de diciembre de 1837. El zar Nicolás ordenó que se acabaran en el plazo de un año, lo que obligó a los trabajadores a trabajar día y noche.
El último zar en utilizar la residencia fue Alejandro II. De hecho, después de su asesinato en 1881, se confirmó que el palacio era demasiado grande como para poder garantizar la seguridad. Alejandro III se trasladó a Gátchina y su sucesor, Nicolás II, a la Villa de los Zares. Sin embargo, el Palacio de Invierno se siguió utilizando para ceremonias y recepciones oficiales.
En 1917, el palacio se convirtió en la sede del gobierno provisional de Aleksander Kerensky. Por último, las fuerzas revolucionarias asaltaron el palacio en octubre de ese mismo año y, al final, pasó a formar parte del museo del Hermitage.
Curiosidad: a día de hoy aún existe una ley que prohíbe construir edificios que superen los 22 metros del Palacio de Invierno en esa zona, y que tiene como objeto respetar el verdadero emblema de la historia de la ciudad.