ROCKEFELLER CENTER, Catedral De San Patricio Exterior
La catedral de San Patricio es el templo neogótico más grande del norte de los Estados Unidos y, hasta que no se termine la catedral de San Juan el Divino, seguirá ostentando este título.
La estructura de mármol que se alza frente a tus ojos, junto con las inconfundibles agujas, se construyó en la segunda mitad del siglo XIX. Si observas la fachada que da a la Quinta Avenida, tendrás la sensación de que el edificio esté intentando hacerse espacio entre los rascacielos circunstantes que, en el transcurso de los años, lo han ido rodeando hasta hacerle sombra, literalmente.
En cualquier caso, una vez terminada su construcción, que se vio interrumpida durante la Guerra de Secesión, la catedral y sus dos campanarios, que alcanzaban casi los cien metros de altura, era la que hacía sombra a los demás.
En esta parcela de terreno, en un principio se pensó construir un colegio católico, aunque después se decidió hacer un orfanato. Más tarde, el arzobispo John Joseph Hughes decidió sustituir la vieja catedral de San Patricio, situada en Little Italy, por una nueva, construida sobre las cenizas del orfanato original.
Antes de cruzar el portal de bronce central, coronado por un imponente rosetón, vuelve la mirada a tus espaldas, al pobre Atlas del Rockefeller Center que, a la vez que sostiene el peso de la esfera celeste, parece querer echar un vistazo dentro de esta iglesia.
Permíteme un último apunte. A lo mejor te estás preguntando por qué se construyó este monumental lugar de culto católico dedicado al patrón de Irlanda en un país que es, en su mayoría, protestante. El motivo es que, cuando se empezó este proyecto religioso, los irlandeses católicos representaban un cuarto de la población de la isla de Manhattan.
Curiosidad: esta catedral no solo ha sido el espectacular escenario de bodas de personajes famosos, como la de Liza Minelli y David Gest, a la que asistieron cientos de estrellas, entre ellas Elisabeth Taylor o Michael Jackson, por citar solo un par, sino también de funerales célebres, como el de Joe DiMaggio y Andy Warhol. No obstante, el evento más emotivo de todos fue, sin lugar a dudas, la misa que se celebró en honor a las víctimas de los atentados del 11-S.